La historia de Zippo da comienzo a principios de los años 30 del siglo pasado en el Bradford Country Club de Bradford, Pensilvania. Blaisdell vio cómo un amigo suyo luchaba con torpeza por utilizar un incómodo encendedor fabricado en Austria. El futuro fundador de Zippo se dio cuenta de que el encendedor funcionaba bien a pesar del viento gracias a la chimenea especial, pero la apariencia y el diseño eran utilitarios y poco eficientes. Para manejar el encendedor hacían falta las dos manos y la fina superficie metálica se abollaba con facilidad.
A finales de 1932, Blaisdell decidió reconstruir ese encendedor austriaco. Para ello, fabricó una pequeña carcasa rectangular y le colocó una tapa con una bisagra. Mantuvo el diseño de la chimenea que protegía la llama. El resultado fue un encendedor con un diseño atractivo y que podía manejarse fácilmente con una sola mano. El nombre "Zippo" también fue inventado por Blaisdell. Le gustaba el sonido de la palabra "zipper", así que fue probando variaciones de la palabra hasta que se decidió por "Zippo", que le pareció que sonaba "moderno". El nuevo encendedor de bolsillo se vendió a 1,95 dólares la unidad y contó con el apoyo de la hoy famosa garantía incondicional para toda la vida.
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