Durante este periodo el impacto de las invenciones o descubrimientos tenían importantes repercusiones sobre otros aspectos, lo cual implicaba un mayor desarrollo de la ciencia y la tecnología.
Por ejemplo, la producción de vidrio de mejor calidad que proporcionó las bases técnicas necesarias para el desarrollo de instrumentos ópticos y la culminación de dos invenciones clave para estudiar el macrocosmos y el microcosmos: el telescopio y el microscopio. Por otra parte, el uso frecuente de los cañones y otras armas de fuego motivó los estudios de balística, nueva ciencia derivada de la física, de la cual se profundizó en el estudio de los cuerpos en movimiento, la dinámica y ésta, a su vez, influyó fuertemente en el estudio de los astros y en la revolución en la astronomía llevada cabo por Copérnico, Kepler y Galileo.
El cuerpo humano fue objeto de análisis cada vez más profundos con los que se echó abajo el enfoque de Galeno (doctor de la antigüedad romana), que era considerado como dogma; al mismo tiempo los estudios de hidráulica influyeron en Harvey para que descubriera la circulación de la sangre. El arte se hizo más realista, mediante el mayor conocimiento de la anatomía y la perspectiva, y ello a su vez nos recuerda que data del Renacimiento el primer libro de anatomía: La fábrica del cuerpo humano, de Andrés Vesalio.
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